1 manojo de zanahorias peladas(de las que traen su rabito y sus cosas, a ser posible, por favor)
1 manojo de remolachas frescas (lo mismo que antes)
1 puñado de patatas baby
10 dientes de ajo, 4 enteros, sin pelar, y 6 machacados (de verdad, compraos el machacador de ajos, es guachi)
Un ramillete de tomillo fresco
1 ramillete de unas 5-6 varas de romero fresco
El zumo de una naranja
5 cucharadas de vinagre balsámico
Sal marina
Pimienta recién molida
Aceite de oliva virgen extra
- Precalentamos el horno a 220ºC/425ºF.
- Colocamos dos cazuelas a fuego fuerte. En una colocamos las zanahorias y las remolachas en la otra. Cubrimos de agua y esperamos a que comience a hervir. Entonces echamos un puñadito de sal en cada una y cocinamos durante 15-20 minutos o hasta que empiecen a estar tiernas. (probablemente las zanahoras estén antes que las remolachas)
- Escurrimos y colocamos en dos recipientes separados. Cuando estén templadas, pelamos las remolachas y las cortamos en cuartos (hay que intentar hacerlo rápido para poder aliñarlas cuando están todavía calentitas). Las zanahorias más grandes las cortamos por la mitad a lo largo.
- Aliñamos las zanahorias con la mitad del ajo machacado, un chorro de aceite de oliva, las hojitas de tomillo y sal.
- Las remolachas las aliñaremos con el resto del ajo, aceite, el zumo de naranja, el romero, el vinagre balsámico sal y pimienta.
- Colocamos todo, junto con nuestras patatitas baby y los ajos enteros, en una fuente de horno, echamos un chorrito de aceite de oliva por encima, y una pizca de sal, especialmente a las patatas, que van sin aliño. Horneamos hasta que estén tiernas, unos 15 minutos. Podemos hacerlo en una fuente separada o en la misma en la que un asado si las queremos como guarnición.
Notas
- Me encantan como acompañamiento para un pollo asado, o para la carne de una barbacoa. - 70% carbohidratos, 20% de grasas y 10% de proteínas